Europa está fracasando en el control de las sustancias tóxicas
Un informe de la Environmental European Bureau (EEB) denuncia el fracaso de la regulación de las sustancias químicas en Europa, a pesar de que la Unión Europea, con su Reglamento REACH, pasa por ser la región del mundo más avanzada en el tema.
Las autoridades han encontrado que la mitad de las sustancias testadas son inseguras para sus usos actuales
A pesar del riesgo de cáncer y otros daños no se han tomado medidas sobre el 74% de las sustancias peligrosas
Los datos de la industria no fiables frenan los controles de 2 de cada 3 sustancias químicas prioritarias
Cientos de sustancias siguen sin ser testadas debido a la falta de recursos
Se han registrado alrededor decenas de miles de sustancias químicas para su uso en Europa. Las autoridades nacionales han dado prioridad a 352 de esas sustancias para realizar un análisis de su seguridad en profundidad. De las 94 sustancias controladas hasta ahora, casi la mitad , esto es 46 sustancias (49%) se consideraron inseguras para su uso comercial actual, según una revisión de los registros oficiales realizada por la Environmental European Bureau (EEB). Los agentes juzgaron que tales sustancias eran un peligro para las personas o el medio ambiente debido a sus propiedades nocivas en combinación con el uso en productos de consumo y otros productos, y que es necesaria una acción protectora. Sin embargo, según los registros, aún no se han tomado medidas para controlar el 74% (34) de las sustancias problemáticas controladas desde 2012. Las razones de la inacción no están claras, pero pueden deberse a la falta de recursos, dijeron las ONG.
La industria está produciendo legalmente millones de toneladas de esas 46 sustancias peligrosas cada año, sin que sean debidamente controladas. Sustancias que han sido listadas por primera vez por las ONGs incluyendo los nombres de las empresas que las emplean.
La exposición a estas sustancias es probable que esté causando cáncer, problemas de fertilidad u otros impactos sanitarios, o generando una seria contaminación ambiental. Pero sus riesgos no han sido identificados o prevenidos antes debido a la falta de recursos, dificultades a la hora de seleccionar prioridades y la más baja demanda de datos que existía con anterioridad de 2010, entre otras razones.
Entre las 46 sustancias figura el Bisfenol A, que se encuentra en muchos plásticos y materiales en contacto con alimentos, y está presente en la orina y la sangre de casi todos los seres humanos. La exposición a dosis bajas se asocia con abortos espontáneos, disminución del peso al nacer, disfunciones sexuales y reproductivas, cáncer de mama y próstata, alteraciones en la actividad del sistema inmunitario, obesidad, o efectos en el desarrollo cognitivo y conductual en niños pequeños. Los reguladores concluyeron que era necesaria una acción fuerte.
El programa de controles por parte de los funcionarios de los Estados Miembros de la UE, conocido como CoRAP (Community Rolling Action Plan ), no está funcionando debidamente, con solo 96 de los 352 casos (21%) completados hasta diciembre de 2018. Esto se debe en gran parte a que las compañías químicas proporcionan información inadecuada a los funcionarios. Las empresas están obligadas por la legislación de la UE a proporcionar datos de seguridad de alta calidad. Cuando lo hacen, los casos se resuelven dentro de un año. Pero los agentes tuvieron que ordenar a las empresas que proporcionasen más datos en el 64% de los casos desde 2012, según los registros. Las empresas generalmente respondían rápidamente a las solicitudes. Pero una vez activado, el proceso de solicitud y revisión de datos suele tardar entre 7 y 9 años en concluir. Después, generalmente, se requieren otros 5 a 7 años para que los funcionarios tomen medidas para controlar una sustancia, lo que podría incluir una prohibición. Por lo tanto, una vez que los funcionarios sospechan que una sustancia no es segura para los usos actuales y la priorizan para su evaluación, podría ser utilizada legalmente para fabricar productos hasta 16 años antes de que los reguladores finalmente la controlen, si se respetan los plazos legales.
A lo largo del proceso de control químico establecido por el Reglamento REACH de la UE, se ha encontrado niveles muy altos de datos proporcionados por la industria sobre las sustancias que o son de mala calidad o simplemente faltan. Un informe de progreso de 2018 realizado por la Agencia Europea de Sustancias Químicas encontró que al 74% de los expedientes remitidos por la industria les faltaba "información importante de seguridad" , al verificar si tales expedientes cumplían con los requisitos legalmente exigidos. "Las cifras muestran una imagen similar a la de años anteriores" El informe dice que en 2018, una investigación de tres años realizada por las autoridades alemanas encontró que solo un tercio de las sustancias que se producían por encima de las 1.000 toneladas cumplían con la información de seguridad legalmente exigida. La Comisión Europea ha reconocido los problemas e instado a que se hagan profundas reformas.
Las ventas mundiales de productos químicos no paran de crecer. Entre 2004 y 2014 el incremento fue de más del doble. Para 2030 se espera que vuelvan a duplicarse. Para 2060 se habrán cuadruplicado. Muchas de ésas sustancias son dañinas. Los bebés que nacen hoy lo hacen portando ya, de partida, un cóctel de productos químicos. Todos tenemos más de 300 sustancias hechas por el hombre en nuestros cuerpos. Sustancias que nuestros bisabuelos no tenían. Muchas sustancias utilizadas para hacer productos de consumo cotidianos están vinculadas a epidemias modernas como la diabetes, el cáncer de mama y la próstata. De las 100,000 sustancias químicas que se usan en Europa hoy en día, "solo una pequeña fracción ha sido evaluada exhaustivamente por las autoridades con respecto a sus propiedades e impactos en la salud y el medio ambiente, y aún menos están realmente reguladas", según un informe para la Comisión Europea. Las encuestas oficiales encuentran constantemente que los europeos están preocupados por la exposición química.
Hoy, las Naciones Unidas inician tres días de reuniones destinadas a ultimar los objetivos de seguridad química que se habían acordado por los países para 2020. Europa se comprometió con estos objetivos voluntarios, pero la Comisión Europea ha reconocido que no los logrará (página 64). La revisión de la actuación de las autoridades europeas realizada por de Environmental European Bureau (EEB) proporciona aporta evidencias claras de ello.
European Enviromental Bureau (EEB) es la mayor red de organizaciones medioambientales de Europa.
Para la responsable de contaminantes químicos de EEB, Tatiana Santos, “es muy preocupante que millones de toneladas de sustancias peligrosas se estén utilizando de forma poco segura en productos de consumo y otros artículos y llegando al medio ambiente, alimentando una moderna pandemia de enfermedades. Los funcionarios pueden tardar más de una década en protegernos, en gran parte porque las empresas no proporcionan información de seguridad suficiente. ¿Realmente es demasiado pedir que una industria que mueve 500 millones de euros en Europa cada año que suministre buenos datos? La seguridad debe ser una prioridad. Pero lo que nos sugieren los hechos es que no lo es".
LINK AL INFORME COMPLETO:
https://eeb.org/publications/31/chemicals/97641/report-reach-evaluation.pdf