Niveles bajos de anti-oxidantes en el cuerpo potencian la oxidación (con sus radicales libres) y el deterioro celular.
Nuestros organismos sufren una agresión constante a consecuencia de la exposición a las más diversas agresiones ambientales. Existen formas de ayudarle a compensar o reducir, en mayor o menor medida, el deterioro sufrido por ello.