Esta investigación , publicada en la revista Pediatrics (la revista oficial de la Asociación Americana de Pediatría), asocia los pesticidas organofosforados -cuya principal vía de llegada al cuerpo de los niños sería la dieta no ecológica (y, en menor medida otras vías como el agua y el uso de pesticidas en interiores)- con un incremento del riesgo de sufrir el trastorno de déficit de atención e hiperactividad.