Una de las cosas que más claramente sirvieron para que la ciencia se percatase de los efectos de alteración del equilibrio hormonal que pueden tener algunas sustancias sintéticas fue, como se cuenta de forma inmejorable en el famoso libro Nuestro Futuro Robado, es lo que sucedió con el una sustancia llamada dietiestilbestrol (que suele conocerse por sus siglas: DES).