Los datos que se conocen acerca de la contaminación de nuestros alimentos o sobre la presencia de tóxicos en los más variados objetos de consumo son casi siempre puntuales, por ejemplo cuando la prensa publica , de cuando en cuando, algún informe realizado.
Contrasta la omnipresencia de los tóxicos en nuestro entorno con la práctica ausencia de información existente sobre ello. A fuerza de ser anecdótica la publicación de estas cosas, mucha gente puede tender a pensar que también es anecdótica, casi excepcional, la presencia de tales contaminantes o el riesgo que de ellos puede derivarse.