Hoy en día, por sorprendente que pueda parecer a muchos, se anteponen los intereses mercantiles a los de la salud de las personas.
Se supone que toda sustancia química es "inocente" hasta que, tras muchos años de resistencias industriales, de mucha negación de la evidencia y, ante todo, de muchos miles de personas enfermas o muertas, se demuestra lo contrario.