Nótese la presencia de cosas que, como el Bisfenol A o los ftalatos, casi todos tenemos ya en nuestros cuerpos, de los parabenos, presentes en tantas cosas cotidianas, de los pesticidas, de los retardantes de llama que hay en nuestros hogares,...
Este estudio concluye que los adolescentes varones con unos niveles más altos de ciertos ftalatos tenían más riesgo de padecer ginecomastia, un desarrollo excesivo de las mamas en el sexo masculino.
Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Idaho, en los Estados Unidos, muestra que las altas tasas de cáncer de próstata que se dan en algunas zonas de ése país pueden guardar relación con la mayor acumulación de contaminantes que favorecen determinados climas.
Una de las cosas que más claramente sirvieron para que la ciencia se percatase de los efectos de alteración del equilibrio hormonal que pueden tener algunas sustancias sintéticas fue, como se cuenta de forma inmejorable en el famoso libro Nuestro Futuro Robado, es lo que sucedió con el una sustancia llamada dietiestilbestrol (que suele conocerse por sus siglas: DES).
En mayo del año 2005 un amplio grupo internacional de científicos , reunidos en la ciudad europea de Praga firmaron una importante declaración que luego suscribirían centenares de otros investigadores a lo largo y ancho del globo. Eran científicos pertenecientes a multitud de universidades, centros de investigación, institutos, agencias públicas ,...
Acaso uno de los motivos más hondos de preocupación de la comunidad científica en relación a los efectos de las sustancias tóxicas es, junto al del cáncer y también relacionado en muchos casos con él, el de los efectos hormonales que tienen muchas sustancias contaminantes.
Es poco lo que se ha estudiado acerca de la toxicidad de las sustancias químicas en general en proporción al número de sustancias existentes y al número de ellas que deben ser conflictivas en atención a lo que ya se sabe acerca de las que han sido estudiadas.
El estudio , realizado por científicos de la Universidad de Zurich (Suiza) muestra como varios filtros ultravioleta (UV) pueden alterar el equilibrio hormonal del organismo. El hecho de que estas sustancias sean absorbidas a través de la piel y de que también estén presentes en la cadena alimentaria (a través del pescado, por ejemplo) evidencia que los seres humanos pueden estar expuestos a estas sustancias durante su desarrollo.