La Organización Mundial de la Salud ha rebajado 10 veces el límite de radón que hasta ahora se consideraba "seguro" inhalar. El radón es la segunda causa de muerte por cáncer de pulmón después del tabaco y es uno de los más frecuentes contaminantes que se acumulan dentro de los edificios, existiendo las más diversas formas de reducir sus concentraciones.
El límite anterior, de los años 60, era de 1000 becquereles por metro cúbico de aire. El de ahora es de 100.