1- Diversidad de situaciones
Es difícil hacer un repaso sobre las fuentes de contaminantes. Son tantas y tan omnipresentes que podría requerir toda una enciclopedia.
A grandes rasgos, podríamos diferenciar dos escenarios.
El primero sería el que de forma más inmediata se idenfica como contaminación clásica , la de las industrias o los pesticidas , por ejemplo. La que contamina el aire, las aguas o los suelos a una cierta escala y que acaba llegando a los seres humanos a través de diversas vías.
El segundo sería el de una contaminación de la que la población, en general, es menos consciente, y que tiene que ver, por ejemplo, con el uso cotidiano de una serie de productos.
Pensemos en algunos ambientadores, cosméticos, productos de la limpieza, perfumes, pinturas, plásticos,... presentes en el interior de nuestros hogares, y que pueden contener sustancias muy problemáticas.
Ni en uno ni en otro caso la Administración ni las empresas, por lo general, facilitan demasiado que la población conozca los problemas.
Los científicos , al igual que las más diversas organizaciones sociales involucradas en estas cuestiones, no paran de quejarse por ello.
Un ejemplo lo tenemos en la opinión del prestigioso epidemiólogo Miquel Porta, de la Universidad Autónoma de Barcelona y de la Universidad de Carolina del Norte (EE.UU.) que reiteradamente ha denunciado que a pesar de lo que la ciencia sabe acerca de los efectos que sobre la salud humana pueden tener muchas sustancias peligrosas, en países como España la Administración ni siquiera haya realizado todavía un inventario serio de las fuentes de emisión de estas sustancias a fin de que la gente pueda identificarlas y protegerse. Llama mucho la atención lo que nos dice este científico, que trabaja también en el Instituto Municipal de Investigación Médica de Barcelona, ya que si ni siquiera se han inventariado debidamente, lo que sería sin duda uno de los primeros pasos que habría de dar cualquier Administración seria, ¿qué cabe esperar que se haya hecho para minimizar esa emisión industrial de tóxicos?.
Y si esto sucede en el primer escenario de contaminación , que es el más clásico, algo parecido, con sus connotaciones peculiares, cabría decir de la información que se da acerca del segundo.
Sin embargo es mucho lo que puede hacerse, especialmente si se crea una conciencia social que sirva para presionar a las autoridades y a las grandes empresas.
Si determinadas instancias no nos informan como debieran somos nosotros los que debemos de buscar las vías para obtener esa información, al margen de que sigamos reclamando a las instituciones que cumplan con las funciones que tienen asignadas. Y eso, precisamente, es lo que intentamos conseguir con los datos que hacemos públicos desde el Fondo para la Defensa de la Salud Ambiental , apoyarnos en los datos de científicos y entidades sociales que se han tomado la molestia de elaborar informes comprensibles, basados muy frecuentemente en unos datos oficiales que de no ser por ellos dormirían probablemente el sueño de los justos en algunos oscuros ficheros sin cumplir la función debida de informar a la población.
En este espacio en la red citamos algunas de las principales fuentes de emisión y exposición a contaminantes de España. La lista no pretende ser completa pero sí, al menos, dar algunos datos esenciales para ser capaces de comprender y afrontar el problema. En cualquier caso, una lectura atenta de las más diversas partes de los contenidos que publicamos, puede servir para completar la lista de actividades y situaciones conflictivas.