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Coronavirus, convertir el miedo en esperanza

La Oficina Europea del Medio Ambiente (EEB) publica un informe en el que insta a los líderes políticos a transformar el actual modelo socioeconómico y propone medidas específicas para avanzar hacia una sociedad más respetuosa con el medio ambiente y con la salud de las personas, con el objetivo de generar una “resiliencia económica genuina”.

La Oficina Europea del Medio Ambiente (European Environmental Bureau, EEB), una red integrada por más de 150 organizaciones medioambientales, acaba de publicar el informe Turning fear into hope (Convertir el miedo en esperanza). En este documento, EEB insta a los líderes políticos a transformar el actual modelo socioeconómico y construir una nueva visión de futuro, más centrada en las personas y en el medio ambiente. 

Para EEB la actual crisis del coronavirus debe ser abordada como un revulsivo para mejorar el mundo. Para lograrlo, el documento Turning fear into hope plantea cinco ejes de acción: desarrollar el Pacto Verde Europeo, centrar el esfuerzo inversor más en reducir las desigualdades que en incrementar los beneficios empresariales, garantizar la buena gobernanza y la democracia, incrementar la cooperación entre países, y compartir una visión por un futuro mejor.

El informe advierte de los riesgos de gestionar mal la crisis del coronavirus y enumera diversas medidas para superar sus graves consecuencias. Si se gestiona mal la situación, advierte, "corremos el riesgo de enfrentar consecuencias tan severas como la Gran Depresión de 1929. Si se maneja bien, podemos superar esto juntos, salvar vidas y el bienestar de la sociedad, transformar nuestros modelos socioeconómicos en aquellos centrados en las personas y el mundo natural e impulsar una asociación mundial para un desarrollo sostenible".

No se debe, según EEB, dar "respuestas torpes que apuntalarán actividades contaminantes que corren el riesgo de crear más problemas en el futuro y hacernos más vulnerables". El documento señala la existencia de una serie de factores de degradación ambiental que "pueden aumentar el riesgo de nuevas pandemias y su impacto". Que es necesario situar al ser humano en el centro de las políticas generando una "resiliencia económica genuina", que se debe priorizar rescatar a la gente y evitar dar dinero público a grandes corporaciones contaminantes en lugar de apoyar sectores que generan más empleo. Otro riesgo que se denuncia es "que quienes toman decisiones llevados por el pánico caigan en la trampa de la reversión regulatoria".

Tal y como advierte el informe, "ahora debemos centrarnos en lo esencial para todos: buenas condiciones de vida y de trabajo, igualdad de acceso a la atención médica, alimentos, agua, aire y artículos de consumo no contaminados, un mundo natural próspero, un clima seguro para la próxima generación y democracias fuertes y funcionales que continuarán protegiéndonos en tiempos de necesidad". Según EEB, con esto se lograría lo que ellos llaman una “resiliencia económica genuina”.

Sostenibilidad y Pacto Verde Europeo

EEB resume sus peticiones en cinco ejes estratégicos para orientar la acción de los líderes políticos en las próximas semanas. El primero es el desarrollo del Pacto Verde Europeo (European Green Deal) de modo que se den incentivos económicos para una transformación hacia la sostenibilidad, potenciando "productos seguros y sostenibles y una producción limpia (por ejemplo, tarifas disuasorias por el uso de sustancias peligrosas, impuestos diferenciales, responsabilidad extendida del productor, contratación pública ecológica y vinculación con un enfoque de huella ambiental)".

Para lograrlo, proponen la puesta en marcha de "una ambiciosa estrategia Farm to Fork que establezca una dirección clara para el sistema alimentario de la UE más allá de la actual crisis de salud e impulse acciones de transformación para construir cadenas de suministro de alimentos más sostenibles, resilientes y equitativas, así como "modelos agrícolas más diversificados, la promoción de centros de distribución de alimentos localizados y cadenas de suministro más cortas, y mejorar el acceso al mercado de los pequeños agricultores y los pescadores y productores acuícolas de bajo impacto".

El informe de EEB también insta a dar "prioridad a la estrategia de contaminación cero para proteger la salud humana y el medio ambiente y aumentar la resiliencia. Dado que se sabe que ciertos contaminantes del aire y productos químicos industriales pueden tener efectos negativos sobre el sistema inmunitario de las personas y de la vida silvestre y hacernos más vulnerables a las pandemias, la estrategia química de la UE debe incluir una acción rápida para identificar y eliminar los productos químicos que alteran el sistema inmunológico y otros químicos peligrosos que debilitan nuestra salud".

Los políticos deben "resistir los intentos de los grupos de presión empresariales para debilitar los estándares ambientales. Desde que la pandemia despegó, hemos visto esfuerzos de algunos intereses comerciales para usar la pandemia como una excusa para presionar a fin de que los estándares ambientales se debiliten o se postergue su introducción, por ejemplo de los sectores del automóvil, digital, electrodomésticos y agrícola". No se debe permitir que "les salga gratis a los contaminadores", afirman. "Lejos de  justificar cualquier debilitamiento de las normas, la crisis del coronavirus brinda la oportunidad de garantizar firmemente que el entorno regulatorio dirija la producción y el consumo en una dirección sostenible y que la financiación pública para apoyar la recuperación esté estrictamente condicionada a la compatibilidad con los objetivos del Pacto Verde Europeo."

Transparencia en la gestión del dinero público

El segundo punto en el que se indica en el informe de EEB es que se debe "garantizar una transparencia total acerca de en qué se gasta el dinero público en la respuesta a la crisis". Las inversiones deben hacer que nuestras economías sean más resilientes ante posibles crisis como la que ahora padecemos, potenciando iniciativas sostenibles a gran escala en línea con el interés público que reduzcan la contaminación y beneficien la salud humana y ambiental: energías renovables, renovación de edificios para la eficiencia energética, transporte menos contaminante, etc.

Un aspecto importante reflejado en el informe es que se debe "asegurar que las medidas tomadas mejorarán los niveles de salud ambiental para fortalecer la resiliencia de las sociedades. Un medio ambiente más limpio tendrá un impacto positivo en la salud humana. Por ejemplo, las reducciones en la contaminación del aire o la eliminación de productos químicos peligrosos en los productos de consumo mejorarán la salud de los segmentos vulnerables de la población y pueden hacerlos más resistentes a los riesgos para la salud, además de reducir los costos para nuestros sistemas de salud".

Democracia y cooperación entre países

El tercer eje de acción en el que incide es en la necesidad de conservar unas estructuras democráticas sanas, donde se garantice “el acceso total a la información ambiental y de salud para los ciudadanos en tiempo real” Todos los sectores de la sociedad civil deben ser informados y participar en las medidas que se adopten.

Un cuarto punto es la necesidad de establecer una sana cooperación entre países que evidencie un alto compromiso con la solidaridad. Según EEB, se deberían reconsiderar una serie de acuerdos comerciales contrarios al desarrollo sostenible, vinculados a la globalización porque "la capacidad de recuperación de los ecosistemas del mundo, la salud humana y el suministro de alimentos de Europa se han debilitado severamente bajo décadas de producir donde es más barato (a menudo porque los costos ambientales están externalizados)".

Es necesario "repensar la forma en que producimos alimentos y desarrollar un sistema alimentario global resiliente con suficiente autonomía (no solo en la UE), y pensar en cómo producimos los bienes que consumimos y los impactos de la producción. Además, necesitamos desarrollar una mayor producción en la UE, a la luz de los problemas actuales en torno a la seguridad de los equipos de salud. Se necesita invertir en productos locales (en mercados y online) para garantizar una mayor independencia frente a las cadenas de suministro internacionales y una resiliencia social y económica a las crisis futuras".

Así mismo, "el diálogo internacional debe continuar en áreas que actualmente se retrasan o corren el riesgo de retrasarse, como ya es el caso de la COP climática, la COP de biodiversidad, la reunión internacional de productos químicos y la reunión internacional del aire, todo lo cual se ha reprogramado para más allá de 2020. Se necesita del diálogo para continuar avanzando y medidas para garantizar una participación suficiente de los interesados ​​para garantizar un proceso inclusivo y, por lo tanto, legítimo. Los retrasos son comprensibles, pero reducir el compromiso o la ambición, así como los retrasos excesivos, crearán más problemas de los que resolverán".

Se insta a "limitar las futuras crisis de salud actuando globalmente contra el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la contaminación química. La acción multilateral para abordar estas tres crisis es esencial para poder evitar crear no solo condiciones para nuevos brotes del tipo del coronavirus, sino también otras crisis: clima, colapso del ecosistema, problemas de la cadena alimentaria y crisis de nutrición, salud y fertilidad que podrían resultar ser incluso un desafío mayor que la crisis actual que está retando  la capacidad de reacción y gestión de la humanidad".

Ideas para un futuro mejor

Finalmente, el quinto aspecto en el que se incide es la necesidad de compartir una visión para un futuro mejor, debido a que "la crisis actual ha crecido debido a la falta de protección de la salud y el medio ambiente". Por ello, se pide que se sitúe el "bienestar en el centro de las políticas de la UE. En lugar de tener políticas centradas en el crecimiento económico y la competitividad, las políticas deberían priorizar el bienestar de los ciudadanos". "Invertir en sostenibilidad primero, ya que esto fortalecerá una capacidad de recuperación de nuestros ecosistemas y de la sociedad que puede ayudar a evitar futuras crisis o al menos mejorar nuestra capacidad de respuesta".

Para ello, es necesario "revisar nuestra relación con la naturaleza, comprender los puntos de no retorno del ecosistema y los límites planetarios y los riesgos de su sobreexplotación, y reconocer los beneficios de reconectarse con la naturaleza", reconociendo lo que es realmente "esencial" para la sociedad y lo que no.

 

El documento original está disponible aquí: Turning fear into hope

El documento traducido al español está disponible aquí: Convertir el miedo en esperanza 

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