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Ambientación natural

 

En otro apartado de esta web, hemos alertado acerca de algunas cosas vinculadas al uso demasiado alegre de los ambientadores comerciales. Para evitar que el uso de algunos productos pueda añadir a los ambientes interiores una serie de sustancias, hay una serie de cosas muy sencillas que pueden hacerse. Cosas que con frecuencia surgen del simple sentido común. Entre las cosas que pueden hacerse cabe citar:

 

1- Ventilar las habitaciones. En otros apartados se insiste en los beneficios de la correcta ventilación de cara a crear un entorno saludable. En esta ocasión conviene apuntar que la ventilación además puede contribuir a mejorar el olor de las estancias.


2- Intentar localizar y eliminar que es lo que está generando un olor molesto y no simplemente intentar “tapar” o disimular ése olor con otro olor sintético más fuerte. Si por la razón que fuese no fuera sencillo localizar ésa fuente de olor y/o eliminarla , siempre cabrá la posibilidad de ensayar otras opciones.

 

3- Una de esas opciones es la de utilizar elementos que puedan aminorar el olor o neutralizarlo. A este fin una de las cosas que suelen utilizarse es el bicarbonato sódico o la zeolita cuya capacidad de absorber olores es suficientemente conocida. Situar bandejas llenas de bicarbonato o zeolita en diversos puntos de una vivienda o cualquier otra clase de dependencia puede ayudar eficientemente a neutralizar olores desagradables. Igualmente puede aplicarse esta opción para fuentes de olor más puntuales, como pueda ser el interior de una nevera. Si lo que generase el olor fuese, por ejemplo, una moqueta o una alfombra, podemos esparcir sobre ellas el bicarbonato, y luego recogerlo con un aspirador tras haber permitido que absorba los olores durante unas horas.

 

Hay además autores que dan diversas recetas que pueden probarse:

 

Poner ramilletes de hierbas aromáticas en diversos puntos de una casa. O incluso tener algunas de estas plantas aromáticas vivas.

 

También hay quien usa un aceite esencial. Sin embargo, hay que tener mucho cuidado de que el aceite esencial sea verdaderamente natural, ya que no es infrecuente que se llame “natural” a cualquier mezcla de sustancias sintéticas a las que en el mejor de los casos se haya añadido un poquito de algo natural.

 

Echar en un cazo con agua cinamomo u otras plantas (otra opción es por ejemplo el clavo y la canela) y ponerlo a fuego lento o sobre otra una fuente de calor constante como puede ser una estufa o radiador.

 

También podemos ambientar una casa con una bandeja o plato con zumo de limón, bicarbonato y agua.

 

Frente al problema del olor persistente que puede impregnar habitaciones a causa de cocinar pescado, se recomienda cocer clavos de olor, agua y vinagre.

 

El olor a tabaco se aminora con un plato de vinagre (que si además lleva un poco de limón puede incluso contribuir a generar un ambiente más agradable).

 


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