Productos de limpieza
PRODUCTOS DE LIMPIEZA
Una de las principales formas de entrada de sustancias tóxicas en los hogares es a través de los productos de limpieza que se utilizan en ellos. No tendría por qué ser así porque, como para las otras cosas que integran sustancias tóxicas, existen alternativas que harían que nuestras casas estuvieran no igual de limpias, sino más limpias todavía. Porque además de estarlas limpiando de las mismas cosas que eliminan estos productos las estaríamos limpiando también de una de las suciedades que más pueden perjudicarnos: la de las sustancias tóxicas que incorporan determinadas cosas que utilizamos.
Mientras buena parte de la población de los países occidentales prosigue con unos determinados hábitos irreflexivos de consumo, crece la inquietud por parte de determinados organismos encargados de la salud pública, que realizan importantes investigaciones sobre estos temas.
Uno de los estudios más interesantes acerca de la emisiones tóxicas que pueden ser generadas por productos de limpieza y ambientadores fue el que hace no mucho realizó la Agencia de Protección Ambiental del Estado de California, en los Estados Unidos, en colaboración con el California Air Resources Board (1). El estudio prestaba especial atención a sustancias presentes en tales productos ,como éteres de glicol basados en el etileno –como el 2-butoxietanol- y los terpenos. Estos últimos son sustancias de uso amplísimo -como el d-limonene, el a-pinene, o el linalool por ejemplo – sobre los cuales el informe referido contaba algo tan interesante como inquietante. No ya sobre el carácter alergénico que en algún caso pueden tener por sí mismas ,cosa de la que ya hablan tantos otros estudios, sino de algo que ,aunque parezca más sutil, puede tener acaso efectos más vastos.
Nos referimos a cómo esos terpenos emanados profusamente desde los productos de limpieza utilizados en las habitaciones, podían reaccionar químicamente con el ozono que suele acumularse en esas atmósferas cerradas, produciendo otras sustancias contaminantes como el formaldehído o los radicales hidroxilos. La conclusión de este estudio de la Agencia de Protección Ambiental de California , basado en una tremenda base de mediciones experimentales, era que “como resultado del uso de productos de limpieza o ambientadores podían darse altas exposiciones a contaminantes en ambientes interiores”.
Lo que más preocupaba a los autores de la amplia investigación referida, era que no se estaba hablando de una situación de exposición inhalatoria más o menos limitada o puntual, sino enormemente generalizada entre la población. Sugerían que aunque hasta ahora el efecto de estas cuestiones pueda haber sido subestimado , podríamos estar ante algo que puede ser un foco muy notable de enfermedad (2).
No olvidaban los científicos citados referirse a la literatura científica que vincula la exposición de sustancias derivadas de los productos de limpieza con dolencias comoasma, alergias o irritación respiratoria.
No está de más recordar como precisamente los trabajadores del sector de la limpieza tienen una incidencia de asma ,por ejemplo, muy superior a la media (ver, por ejemplo, en: A).
Pero yendo más allá de los estudios que mencionan estos investigadores, la evidencia científica sobre la relación entre esas sustancias y las más diversas enfermedades es muy copiosa. Hablar tan sólo del historial de los éteres de glicol ligados a cosas tales como anomalías congénitas, sería largo. También lo seria hablar de otras sustancias, acerca de las cuales las etiquetas tampoco suelen decir nada o casi nada (3), que pueden encontrarse en diversos productos de limpieza y que van desde disruptores hormonales como el dietil-ftalato , a sustancias que pueden causar problemas neurológicos como el hexano o el xileno (4), cosa que también puede hacer el tolueno, que además es cancerígeno (5) .
Es sorprendente la complejidad del cóctel químico que puede generarse en la casa de una familia media, ésa que, siguiendo los consejos publicitarios, atiborra su casa de tantos y tantos productos diferentes. Ésa que no sabe, por ejemplo, que un abrillantador del suelo puede contener sustancias conflictivas como fenol y nitrobenceno o que en un lavavajillas, al igual que en otros productos, puede haber formaldehído incorporado directamente en su composición, como si no se generase bastante ya de forma indirecta por obra y gracia de las reacciones químicas antes aludidas.
El ciudadano medio no es debidamente consciente, con frecuencia, del escaso control oficial que existe sobre las sustancias químicas (6). Con la mejor voluntad cree que no puede haber a la venta nada que pueda amenazar su salud. Sin embargo , cualquier persona que profundice algo en la cuestión se da cuenta enseguida de que la Administración no tiene demasiada capacidad para actuar y que normalmente existe un enorme desfase entre lo que la ciencia sabe y las tímidas medidas, casi siempre muy débiles y puntuales que se adoptan. Como las que, por ejemplo, puede haber adoptado la Comisión Europea (7) acerca de sustancias como los alquilfenoles etoxilados, compuestos amónicos cuaternarios, polietileno glicoles, nitroalmizcles y almizcles policíclicos. Urge pues que el ciudadano incremente sus conocimientos y espíritu crítico para la toma de unas decisiones personales que deben estar basadas en una correcta información.
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HÁGASE COLABORADOR DEL FODESAM
NOTAS:
1 Nazaroff WW et al. (April 2006). Indoor air chemistry. Cleaning agents, ozone and toxic air contaminants. Final report: Contract No. 01-336. Prepared for the California Air Resources Board and the California Environmental Protection Agency.
2 Hay muchos otros estudios que muestran esta preocupación por compuestos de los productos de limpieza como esos contaminantes del aire que son los éteres glicólicos o el formaldehído que se origina al reaccionar los terpenos con el ozono(ver, por ejemplo: Singer BC et al. Cleaning products and air fresheners : emissions and resulting concentrations of glycol ethers and terpenoids. Indoor air 2006. Jun 16 (3): 179-91
3 La inquietud existente por algunos de los compuestos contenidos en este tipo de productos –como puedan ser las fragancias- ha hecho que en algunos casos se hagan constar en las etiquetas algunas sustancias. Así, por ejemplo se citan algunas como benzyl alcohol, cinnamyl alcohol, amyl cinnamal, eugenol, coumarin, etc.. Pero que en algunos casos se cite, por ejemplo, un biocida , incorporado para mejorar la conservación de un producto, o alguna sustancia que pueda causar problemas de sensibilización, no sirve para ocultar un panorama de prácticamente absoluta desinformación en las etiquetas.
4 En sprays
5 Presente, por ejemplo, en quitamanchas.
6 En otras partes de este libro aportamos datos al respecto.
7 Ver ,por ejemplo: Comisión decisión 19 july 2001, establishing the ecological criteria for the award of the Community eco-label to hand dishwashing detergents. L214/30-42 Official Journal of the European Communities.
ALGO DE INTERÉS:
Cáncer de mama y productos de la limpieza (Environmental Health)