¿Qué muestra la ciencia acerca de los efectos de los tóxicos en los niños?
¿Que es lo que nos muestra
la evidencia científica?
Primero:
Que los niños son más vulnerables a los efectos de los tóxicos, por una serie de razones que podemos ver en nuestra web ( en el apartado Niños ). La propia Comisión Europea ha reconocido que las normas actuales sobre sustancias contaminantes no protegen debidamente la salud infantil. Ante hechos como este, se han puesto en marcha en Europa estrategias como la llamada SCALE (Science, Children Awareness, Legal Instrument, Evaluation), pero sus resultados están siendo más bien escasos y hay una preocupante situación en cuanto tiene que ver con el crecimiento de una serie de enfermedades infantiles como el cáncer infantil, las enfermedades respiratorias, las alergias y el asma, así como diversos trastornos neurológicos o del equilibrio hormonal. Los factores ambientales que tienen un papel en ésa situación son muy variados, pero no cabe duda de que uno de los principales es el que tiene que ver con la alimentación, que es , reconocidamente, una de las principales vías de entrada de sustancias contaminantes a los cuerpos de los niños.
Dada ésa acumulación de contaminantes es absolutamente esencial hacer desaparecer o al menos reducir notablemente una de las principales, sino la principal vía de entrada de estos tóxicos a los cuerpos infantiles. De ése modo, evitaremos los efectos de los tóxicos ingeridos por ésa vía y, por otro lado, dejaremos los organismos infantiles más despejados para poder hacer frente a los contaminantes que llegan por otras vías. Simplificaremos la complejidad del cóctel químico que hoy hay en el cuerpo de la mayor parte de los infantes.
Están científicamente demostrados una serie de hechos:
Los cuerpos infantiles acumulan tóxicos y sufren efectos a consecuencia de ello, ya desde antes de nacer, a través de la placenta. Es por ello crucial impedir que una serie de trastornos que pueden haber sido iniciados en la etapa prenatal sigan profundizándose durante la infancia.
Existen vías de entrada de contaminantes que son difíciles de evitar tales como las que tienen que ver con los tóxicos acumulados en los tejidos grasos de las madres y que llegan a los niños a través de la lactancia (también pueden llegar estos contaminantes con leches de origen animal y además siempre son preferibles, según los expertos, los beneficios de la lactancia materna frente a estos perjuicios de la misma, aunque no por éso debamos de dejar de tenerlos en consideración).
Además, se sabe que en etapas posteriores, que se extienden a lo largo de amplios periodos, los cuerpos de los niños absorben más los tóxicos, que los procesan más lentamente y que los eliminan peor que los adultos.
Los niños pequeños comen, en relación a su peso, tres o cuatro veces más que los adultos, y ello les lleva a ingerir más contaminantes proporcionalmente.
También beben más agua proporcionalmente, lo que de nuevo les hace acreedores a un mayor ingreso de tóxicos en sus cuerpos.
Se sabe que el tracto digestivo infantil, además, absorbe varias veces más contaminantes, que las personas mayores.
Además, la naturaleza de la sangre infantil ,así como el contenido graso corporal, muestra también algunas diferencias desfavorables respecto a los adultos, que pueden redundar en una mayor acumulación de venenos en los más diversos órganos de los pequeños.
Por si fuera poco, el hígado y los riñones infantiles, apenas desarrollados, eliminan peor las toxinas.
Su piel, otra de las posibles vías de entrada de sustancias, tiene también una mayor superficie proporcional que la de los adultos y, además, es más permeable que la de estos.
Por si fuese poco, los niños respiran ,en proporción a lo que pesan, el doble, por lo que se hacen acreedores a una mayor entrada relativa de tóxicos, esta vez a través del aire.
Si a ello añadimos cosas como su costumbre de estar más en contacto con el suelo y a llevarse las manos a la boca con más frecuencia, entre otras cosas, veremos como va completándose un panorama no demasiado halagüeño.
Además , por estar más cerca del suelo, están más expuestos a polvos , emanaciones y vapores más concentrados. Si vemos en esta web, los apartados referidos a las presencia de contaminantes en un hogar, por ejemplo, nos daremos cuenta de las posibles implicaciones de todo esto (ver, por ejemplo: Hogar enfermo )
Algunos de estos factores citados no se refieren específicamente al tema de esta campaña, que tiene que ver con el ingreso de tóxicos a través de la dieta, pero es evidente que muestran que los niños pueden ir acumulando una carga tóxica muy considerable, haciendo aún más aconsejable su reducción mediante medidas como la de la alimentación ecológica.